Leamos,
leamos ese texto,
ese que escribiste ese día,
en la casa del río.
¿Te acordás?
Vos tenías la mueca de siempre:
ese gesto de "ya sé lo que vas a decir".
Leeme,
buscá esa hoja que te salió de la nada,
esa tarde en el río,
con los ojos tapados.
Leélo fuerte,
¡quiero que todos lo escuchen!
Será así, tu voz, siempre aquí.
"Dudar de vos no estaba en mis planes"
Ilustración: @sofigaleanocarrion